Presentado por primera vez al público en el pasado Salón de Detroit, el nuevo Kia Stinger ha causado desde entonces una gran expectación. Y lo ha hecho por su imponente imagen, por lo que dinámicamente prometía y por el salto de calidad que parece anticipar en la marca coreana. La suerte esta vez nos favorece y, antes que casi nadie, hemos tenido ocasión de analizar a fondo este nuevo modelo gracias a nuestros colegas mexicanos de Automóvil Panamericano.
Antes de conocer profundamente cómo es el nuevo Kia Stinger, resulta pertinente aclarar que nuestro primer ejemplar del que disponemos es una unidad pre-serie, por lo cual todavía no califica como la versión final a comercializarse. Incluso monta plásticos sin texturas, planos, solo funcionales, con el único fin de comprobar la facilidad y confiabilidad del armado en la línea de producción. Aclarado, también hay que destacar que, si bien el coche ha sido sometido a los habituales test de pruebas, algunos cambios pueden ocurrir en el modelo disponible a la venta en el futuro inmediato, sobre todo en cuanto a equipamiento.
Kia Stinger: una imagen espectacular
Ancho, bajo y con un primer volumen largo que da suficiente espacio al sorprendente motor 3.3 V6 sobrealimentado por dos turbos (en banco de potencia nos rindió 381 CV -oficialmente tiene 375 CV- y 53,1mkg de par máximo), el Kia Stinger nos recibe con una enorme boca flanqueada por sendas tomas laterales que refrescan los considerables discos de freno controlados por pinzas de cuatro pistones, cortesía de Brembo. Una muy apreciada carta de presentación de sus posibilidades dinámicas, también sugeridas por sus aditamentos aerodinámicos traseros.
Le sigue además una cintura fuerte, que sustenta visualmente una caída curvada de techo que define al más clásico coupé. Kia, en esta ocasión, juega con el Stinger al espíritu más europeo y construye también un portón trasero de gran tamaño, muy al estilo del Audi A5, para definir su tercer volumen. Escapes dobles que solapan un discreto difusor terminan de poner una nota deportiva sin duda de lo más espectacular.
Kia Stinger: amplitud sobrada
En cuanto al interior de un nuevo Kia Stinger que mide 4,83 metros de longitud, sobra decir que el notable espacio acomoda muy bien a cinco adultos, de talla normal, sin problemas. Mientras, los asientos delanteros son más envolventes merced a los mullidos pétalos de sus respaldos, que sin ser tan radicales como los de su competencia deportiva, acomodan muy bien a casi cualquier persona que se siente.
Si miramos hacia la instrumentación, la disposición es conocida en Kia, con una pantalla en el centro –secundada por tacómetro y velocímetro–, que nos informa de los pormenores del viaje como del modo seleccionado, que engloba cinco psobilidades: Smart, Eco, Comfort, Sport y Sport . Estos modos afectan mucho a la gestión de la transmisión automática de ocho relaciones y un poco menos a la dirección. En la consola frontal, domina nuestra mirada una pantalla táctil de buen tamaño. Curiosamente, su disposición, sumada a las tres salidas de aire circulares del sistema de ventilación, evoca irremediablemente a los coches de la estrella alemana. ¿Por qué será?
Dado el dominio de la ergonomía de los coreanos, ningún mando resulta oculto o difícil de ubicar, lo que facilita muchas acciones en el Kia Stinger sin distraer la mirada. Vale la pena mencionar que abundan los pequeños espacios para guardar objetos personales… lo que confirma también junto a su espacio el carácter viajero de esta berlina coupé.
Kia Stinger: dinamismo singular
Fabricado con un 55 por ciento de acero ultrarresistentes, el chasís del Kia Stinger no ofrece sólo una base muy sólida para acomodar los refinados trenes de suspensión –McPherson con doble brazo en el eje delantero y multibrazo de cinco elementos en el trasero–, sino que concede una excelente plataforma para presumir de una completa afinación de su comportamiento en el mítico circuito de Nürburgring. Igual que ha ocurrido con el último Hyundai i30.
Conforme al discurso de presentación celebrado en el último Salón de Detroit, este Kia Stinger fue concebido, diseñado y pulido en Alemania. Pero es un producto ya para todo el mundo, orientado a los entusiastas de las siglas GT. Globalización confirmada: lo mejor de la calidad mundial.
Lo mejor del Kia Stinger, sin embargo, es el resultado final. Admirable, desde la posición al volante de pronta resolución con excelente visibilidad hacia todos lados, y con varios elementos que declaran su orientación hacia el placer de conducción, hasta una experiencia final de manejo muy satisfactoria. Desmenucemos esto último poco a poco.
Kia Stinger: comportamiento
Definido por Kia como una fresca interpretación de las siglas GT, el mejor ambiente del nuevo Stinger son sin duda las vías rápidas, autopistas donde permite rodar a ritmos muy altos de manera constante, sin descanso y sin escasez de recursos potenciales. En este sentido, la energía del motor 3.3 ayuda mucho. Siempre disponible su fuerza desde las 2.000 rpm –los turbo empujan desde las 2.500 vueltas y conservan el aliento hasta la zona roja–, y gracias a una caja de cambios bien escalonada, empuja más que bien. Basta exceder media carrera del acelerador para sentir toda su potencia bruta.
Ayuda mucho también a la sensación de dominio del Kia Stinger una suspensión que califica de firme, que otorga una marcha no tan sedosa como la de una de las berlinas premium alemanas con las que quiere competir, pero que sí filtra de manera muy efectiva casi todo lo que encuentren las ruedas a su paso. Durante nuestras pruebas, si bien no dispone de sistema Launch Control para salir desde parado como un cohete, la contundencia y el acertado escalonamiento de la transmisión permite aceleraciones fulgurantes. De hecho, antes de cubrir el kilómetro ya se alcanzan los 200 km/h. ¿Velocidad punta observada? Pues 247 km/h…
Notable este Kia Stinger, máxime si consideramos que su masa total es de 1.800 kg en báscula, explicada en buena medida por todos los extras que debe incorporar un coche de sus pretensiones viajeras y representativas. En un plano ya más exigente, en una zona de curvas por ejemplo, el Kia Stinger también satisface ese viejo anhelo por gozar de un trazado corto y demandante. En este entorno, conviene usar primero el modo Sport para entendernos lo mejor posible con el coche. La dirección permite acometidas precisas, maniobras sólo acotadas por el mayor peso, pues el Kia posee una actitud casi neutral…excepto a la salida de la curva, porque las ruedas motrices (las traseras) tienden a derrapar un poco, lo suficiente para que apreciemos ese desliz con alegría, porque los controles electrónicos toleran pero corrige a tiempo para evitar un incidente mayor.
Si aplicamos ya a cambio el modo Sport , debemos ser más conscientes y atentos, porque el segundo eje del Kia Stinger apunta a perderse de manera más abrupta y, si no dominamos la técnica del contravolante, nuestra diversión puede terminar antes de lo esperado: el control de estabilidad nos deja jugar con los límites de este divertido y completo Gran Turismo asiático. Finalmente, los frenos cumplen bien con su misión… pese a una carrera de pedal más larga de lo esperado. Pero las distancias son claras y buenas.
Kia Stinger: balance final
Llegó finalmente la hora de bajarnos del nuevo Kia Stinger en su versión V6, que puede declararse una redefinición de lo que debe ser un Gran Turismo de estos días. Su tamaño, comodidades y amenidades le dan valor como coche representativo, mientras el notable desempeño dinámico, gracias a un certero tren motor y a la afinación del bastidor, corroboran su clasificación como Gran Turismo. Sin duda alguna, Kia ahora apuesta por los consumidores elitistas. Falta esperar la reacción del gran público… que por las caras que encontramos a nuestro paso parece que serán más que buenas.
Concluimos anunciando que el Kia Stinger llegará al mercado después del verano a un precio en España estimado en torno a los 40.000 euros de arranque, eso sí junto a su motor más pequeño: un 2.0 turbo de 4 cilindros y 256 CV de potencia. Y también habrá un Diesel 2.2 de 200 CV.