El nuevo X1 nace para aportar una sacudida al mercado de los SUV premium. Por un lado, ha adquirido una presencia imponente, con un parecido muy marcado con su hermano mayor, el X3, y un aspecto 100 % SUV que borra de un plumazo cualquier semejanza con la primera generación, más conectada con un turismo de carrocería elevada —o crossover— que con un auténtico BMW X.
Por otro lado, se construye a partir de la arquitectura UKL de tracción delantera y motores transversales que la firma bávara también emplea en, sin ir más lejos, el Serie 2 Active Tourer. Y lejos de suponer romper una tradición, haber prescindido de la disposición longitudinal del motor ha permitido a los diseñadores de la marca conseguir un habitáculo más espacioso, especialmente en lo que tiene que ver con la capacidad del maletero, que crece en 85 litros hasta superar los 500 y las plazas traseras.
Éstas han sido elevadas 6 cm respecto de la primera generación, lo que sugiere mayor facilidad tanto de acceso como para subir a los más pequeños a sus sillas infantiles y funcionalidad inspirada en los monovolúmenes. Así, los asientos son individuales y permiten ser adelantados o retrasados hasta 13 cm, lo que —como nos confesaron interlocutores de BMW en la presentación— daría un espacio incluso superior al de un Serie 5. Dependiendo de su configuración, tendremos también variaciones en la capacidad de un maletero más capaz que en la generación anterior y que estrena tanto la posibilidad de estar motorizado como una apertura remota por reconocimiento del movimiento del pie.
Curiosamente, esta mejora en capacidad interior contrasta con una reducción de casi 9 cm entre ejes —con casi 4 cm menos en cuanto a longitud total—,la pérdida de 2 cm de anchura y una ganancia de altura de prácticamente 7 cm. De ahí que su aspecto sea mucho más contundente, resaltado por un frontal fuerte, con un paragolpes muy característico, líneas de tensión en los laterales y una zaga de inequívoco carácter X.
Motores de inicio
Su llegada al mercado español está prevista para el próximo mes de octubre, fecha en la que podrá elegirse bien con un motor de gasolina de 231 CV, el xDrive 25i, o bien con uno de los tres bloques de 2 litros. Dos de ellos, los 20d y 25d de 190 y 231 CV se asociarán exclusivamente, como el de gasolina, a la tracción a las cuatro ruedas y al cambio automático de ocho marchas. Éste es de convertidor de par y además de por su suavidad de funcionamiento, con poco resbalamiento, destaca por incorporar una función de rueda libre que en el modo Eco lo desacoplaría del motor cuando se dejase de acelerar circulando entre 50 y 160 km/h permitiendo entonces ahorrar consumo. La oferta se complementa con un sDrive 18d de 150 CV, siempre con cambio manual de seis relaciones y tracción delantera, que permitirá a la marca ofrecer un atractivo precio de llamada a los concesionarios tanto como un nivel de consumo excepcional (4,3 l/100 km).
En marcha, las impresiones iniciales vividas a bordo de las dos versiones más potentes, equipadas ambas con la llanta opcional de 18”, nos hablaban de poderío para mover la carrocería sin problema y satisfacer al aficionado a la conducción rápida, de calidad de rodadura, de precisión en la conducción y de la comodidad que la suspensión adaptativa DDC puede aportar. Ésta se regula desde el botón de selección de estado de marcha (Sport, Confort y Eco) aunque independientemente de la preseleccionada, el sistema variaría su firmeza en función de los datos relativos a la conducción registrados por los sensores.
Aunque no es su propósito, el X1 cuenta con un par de interesantes sistemas que facilitarán la labor de quienes tengan previsto adentrarse en terrenos más complicados que el asfalto seco. Se trata de un efectivo control de tracción que, junto con la tracción a las cuatro ruedas mejorada en su velocidad de actuación y el sistema de control de la velocidad de descenso, consigue mejorar la motricidad del X1 permiténdole abandonar el asfalto o circular con más facilidad sobre superficies poco adherentes como la arena o la nieve. Sin embargo, no conviene olvidar que estamos ante un SUV y que con una altura libre al suelo de 18,4 cm y unos ángulos todo terreneros poco favorables (ataque 17’7º; ventral 16’7º; y salida de 20,6º) será mejor no adentrarse en lugares excesivamente complicados por mucho que la tracción nos lo permitiera.
Copiloto automático
El X1 se sitúa en la línea de los últimos BMW en cuanto a posibilidades de equiparlo y adaptarlo a los gustos personales. Así, aparecerá con tres líneas de acabado interior: xLine, Sport Line y M Sport que pueden combinarse con el habitual imponente equipo opcional. Destaca en este sentido el Head Up Display, el sistema de proyección de información sobre el parabrisas que integra los datos de velocidad, lectura de la señalización de tráfico y del navegador y se convierte en un aliado de cara a la seguridad.
En idéntico sentido se integra el Driving Assistant que agrupa la advertencia de cambio involuntario de carril, asistente de cambio de luces, advertencia de aproximación excesiva al vehículo precedente y la mencionada lectura de las señales de tráfico. Su evolución, el Driving Assistant Plus, incluiría el control de crucero activo que permitirá mantener una velocidad entre 30 y 140 km/h definida por el conductor manteniendo la distancia elegida respecto al coche anterior. Adicionalmente, mantendría el coche dentro de su carril circulando a partir de 60 km/h siendo capaz de mover sutilmente el volante sin participación del conductor, poniendo de manifiesto el potencial de las ayudas electrónicas desarrollado por la firma bávara.