El Alfa Romeo Stelvio se desveló a finales del año pasado en el Salón de Los Ángeles. Ahora hemos viajado hasta Italia, justo a la fábrica donde se produce, en Montecassino, a medio camino entre Roma y Nápoles, para su primera prueba de conducción. En la noche anterior a nuestra prueba a los mandos del Alfa Romeo Stelvio, el vicepresidente del grupo Fiat, Alfredo Altavilla, nos retaba definiendo el nuevo Stelvio como “the first perfect Alfa Romeo” (el primer Alfa Romeo perfecto). Nos quedamos con esta máxima como punto de partida para nuestra breve toma de contacto con modelos de pre-serie ligeramente camuflados, además de haber podido conocer cómo se fabrica en Montecassino junto a su hermano Alfa Giulia.
Si el Alfa Romeo Giulia gusta al ojo con un diseño muy dinámico, muy afilado, muy escultural, muy fluido, muy italiano del norte…, el Alfa Stelvio es más voluminoso, con mucha más superficie de chapa en costados y trasera, más fuerte, más… napolitano. Es otra cosa, con ciertos aires de Maserati Levante en el costado –hay mucho de Maserati y mucho de Ferrari en este nuevo producto de Alfa, igual que pasó en el Giulia-. ¿Sus dimensiones? 4,68 metros de largo, 1,67 metros de alto y 1,90 metros de ancho. Bien proporcionado, con el diseño justo para que la elegancia deportiva no caiga en la estridencia. ¿Y el peso? Alfa Romeo anuncia para el Stelvio 150 kilos más que el Giulia.
En motores, el Alfa Romeo Stelvio arranca con un gasolina 2.0 Turbo de 280 CV (el protagonista de nuestra prueba) y un Diesel 2.2 de 210 CV, ambos combinados con cambio automático –paletas del cambio muy al estilo de Ferrari- y tracción total Q4. Luego llegarán otro motor 2.0 gasolina turbo con 200 CV y un Diesel 2.2 de 180 CV –éste disponible también como tracción trasera-.
En el interior, sin haber grandes cambios aparentes frente a la berlina, da mucha mayor sensación de solidez el Alfa Stelvio que el Giulia. ¿Nuestras primeras impresiones del habitáculo? Mucha sensación de calidad y una posición de conducción elevada 12 centímetros frente a la berlina, para jugar con una mayor confianza de su conductor al volante, aunque luego se conduzca casi igual que el Giulia.
En el apartado dinámico, el Alfa Romeo Stelvio se conduce sin apenas balanceo, siempre muy plano, con un dirección muy directa y viva para que las curvas cerradas pasen de problema a disfrute, asociándose con una salida estratosférica de las mismas a golpe de pedal derecho y con una entrega de fuerza que entra como un torbellino.
Alfa Romeo Stelvio: un SUV de lo más deportivo
Para la primera prueba de conducción a bordo del Alfa Romeo Stelvio elegimos la versión de gasolina dos litros turbo de 280 CV, asociada a la tracción total Q4 y a un eficiente y rapidísimo cambio de convertidor de par que actúa junto a motor y suspensiones según el ADN del coche y de la marca, con la D para la deportividad, la N para el modo confort o normal y A para cuando queramos consumos más ajustados y comportamiento menos rotundo. Pero este Stelvio nos invita a resucitar nuestra emoción en la conducción, a que el modo D sea el que mande cuando la carretera y el tráfico invita a viajar ligero, frenando con gran efectividad, con un paso seco pero efectivo por bache –se notan mucho más atrás los botes-, con un sonido que aumenta tu emoción –no llega al V6 biturbo del Giulia Quadrifoglio que nos precede y petardea a la salida de las curvas mientras que se nos escapa hasta la siguiente frenada-. Un SUV de los más emocionante del mercado, sin duda.
Alfa Romeo Stelvio: calidad interior
En el capítulo de vida a bordo percibimos calidad y buenos ajustes, aunque todavía queden algo por debajo de quien consideramos líder en la categoría, Audi. Algunos mandos, algunos plásticos podrían mejorarse, aunque, repetimos, dentro de un nivel notable. Sí es verdad que una pantalla frontal de solo 6,5 pulgadas puede quedar desfasada frente al mínimo de ocho que ofrecen la mayoría en sus últimas realizaciones, algún elemento de confort o seguridad activa se puede echar en falta aunque, repetimos, no falta nada para calificarlo de notable. En el capítulo de habitabilidad, sí podemos criticar un poco el espacio de acceso trasero, algo angosto, aunque luego tengamos que ensalzar un gran espacio de rodillas y una buena altura de cabeza para ocupantes de hasta 1,80 metros. Plaza central trasera testimonial, condicionada por un gran túnel de transmisión y por una más voluminosa que efectiva guantera central –carga por inducción de móvil y dos puertos USB-, demasiado intrusiva para el ocupante trasero. Maletero de buen tamaño y buenas formas, con una bandeja de cortinilla que le resta algo de practicidad y solidez. Como crítica final, quizás el poco aporte en litros de los espacios portaobjetos de las puertas y de la guantera frontal o la visibilidad en maniobras con el pilar C opuesto muy voluminoso.
Alfa Romeo Stelvio: un buen coche
¿Nuestra valoración final del Alfa Romeo Stelvio? Notable esta versión de 280 CV, notable el diseño como SUV, aunque sobresaliente su comportamiento. No nos cabe duda de que es un producto ganador, un coche que va a dar éxitos a Alfa, a los alfistas y a los que busquen algo de una emoción que hasta ahora parecía que estaba reñida con el segmento SUV.
Terminamos con una cita muy significativa del máximo responsable de Alfa para Europa, Medio Oriente y Africa, Fabrizio Curci: “La emoción se había perdido. Giulia y Stelvio son revolución y renacimiento para Alfa, con el conductor como foco de nuestro trabajo”. Que así sea.
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