Ya habíamos comentado en anteriores tomas de contacto que el nuevo SUV Opel Crossland X hereda plataforma del grupo PSA, y dicha herencia del fabricante galo se traduce también en disponer de mecánicas que utilizan algunos modelos de Peugeot y Citroen. Todo esto saca a relucir las bondades del grupo PSA en materia de confort, pero también hace que se eche en falta ese "aire premium" del que goza tradicionalmente Opel, y que sí se percibe en el Opel Mokka X.
Dinámicamente, el nuevo Opel Crossland X se muestra algo perezoso en cambios de apoyo, destacando solamente en el apartado de calidad de filtrado. No se puede decir que tenga mal comportamiento ni falta de nobleza en sus reacciones, pero sí que le sienta mal cualquier requerimiento extra para corregir la trayectoria una vez iniciado el giro. El ajuste de la suspensión se encuentra claramente enfocado al confort.
Esta versión del Opel Crossland X, la segunda que pasa por nuestras manos, se encuentra propulsada por el motor tricilíndrico de gasolina de 1,2 litros, con turbo y un nivel de potencia de 110 CV. Como ya hemos comentado en anteriores tomas de contacto de otros modelos de PSA que montan el mismo motor, presenta una respuesta muy progresiva y lineal desde bajo régimen. Esta versión se asocia a una caja de cambios de 5 velocidades con un desarrollo final más corto del habitual, que permite mantener una buena capacidad de adelantamiento incluso en la última marcha.
En cuanto al habitáculo, sorprende con unas cotas interiores similares a las de un compacto, además de ofrecer una capacidad de maletero de 425 litros, superior a la de todos sus rivales.
Opel Crossland X 1.2T ecoTEC 110 CV: consumo real
Como suele ser habitual, este tipo de motores de gasolina turboalimentados con una reducida cilindrada, suelen presentar bastante dispersión entre el consumo oficial y el que realizamos sobre nuestro recorrido habitual en condiciones reales. En esta versión, Opel homologa un consumo medio oficial de 4,9 l/100 km, lejos de los 6,8 l/100 km que hemos registrado en nuestra prueba de consumo medio real (rodando en carretera, hemos obtenido 6,4 l/100 km, mientras que en recorridos urbanos la cifra medida ha subido a 7,5 l/100 km). A pesar de dicha diferencia, la realidad es que dichos valores son más que razonables en este tipo de carrocerías penalizadas por la aerodinámica.
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