4x4

Toyota FJ Cruiser

Uno de los vehículos más deseados por los amantes del todoterreno es el Toyota FJ Cruiser, un auténtico 4x4 para el que hay no pocas preparaciones para mejorar sus cualidades en campo. Os ofrecemos dos ejemplos sobre la misma base, uno de TMD y otro de Plaza Competición.

Toyota FJ Cruiser
Toyota FJ Cruiser

Un encargo que a priori parece fácil, pero que conlleva mucha más faena que cuando se deja rienda suelta al preparador para que haga en el coche lo que estime más oportuno. En cualquier caso, de encargos «raros» saben un rato en Plaza Competición (algunos han pasado ya por estas páginas). El especialista conquense nos contaba que preparaciones «curiosas» ha tenido que realizar unas cuantas en sus talleres.

Desde para ganar sólo apariencia, sin mejorara apenas la capacidad off road –por ejemplo en un Land Cruiser a base de levantar el coche a lo bestia montando ruedas monstruosas que sólo quitan prestaciones e instalarle snorkel y faros de «pega»- hasta, como es el caso del FJ de hoy, modificar el esquema de suspensiones en profundidad, pero sin que ello implique elevar la carrocería o que se aprecie desde fuera.

En cualquier caso defiende que los suyo a la hora de invertir dinero en un coche para que resulte más eficaz en el off road, es tener primero las cosas muy claras. Es decir, conocer tanto el cliente como el preparador las verdaderas necesidades off road que se tienen. Claro que le ha ocurrido en más de una ocasión encontrarse con clientes que para evitar líos con la «hucha» de la familia le han encargado que le mejore el coche sin que lo aprecie la estética.»

Cualquier TT se puede mejorar mucho a todos los niveles, pero si la base es buena, la preparación no sólo es más económica, también luce más. El FJ Cruiser es un modelo de Toyota que sólo se puede con-seguir en España a través de los denominados importadores paralelos, lo que es una pena puesto que, aparte de su línea original, es un excelente TT.

A grandes rasgos puede decirse que a Plaza Competición le ha ayudado mucho que este modelo es prácticamente unLand Cruiser largo, versión con motor V6 4.0 de gasolina (no hay diesel), pero con otra carrocería instalada sobre su chasis de largueros. Esto de alguna manera ha simplificado las cosas a la hora de trabajar en las suspensiones, puesto que los amortiguadores, y el resto de componentes que han instala-do, ya han sido de sobra experimentados en otras preparaciones efectuadas sobre Land Cruiser. Eso si, no es llegar y montar, se ha tenido que probar mucho antes de encargar los componentes definitivos, ya que el tarado de los hidráulicos y la carga de los muelles del FJ son muy diferente, motivado por el distinto reparto de pesos entre uno y otro modelo.

La versión que probamos en estás páginas se diferencia con la de serie (que también gracias a Plaza Competición pudimos probar la primavera pasada en Autoverde 4x4), en que contaba con caja de cambios manual de 6 marchas, llantas de chapa y ausencia del bloqueo de puente trasero (si del diferencial central) y el inclinó-metro en una consola de relojes extra sobre el salpicadero.»

Puedes preparar mucho un motor, reforzar los puentes, montar todo tipo de bloqueos, poner cabrestante y muchas más cosas pero lo que de verdad se nota cuando uno lo que quiere es ir a buen ritmo por pistas es instalar un equipo de suspensiones de calidad. En el caso de este FJ se han decantado por componentes de la marca sueca Öhlins. Todo, salvo los muelles del tren trasero, unos Eibach, trae su firma. Plaza ha colocado dos elementos por rueda, lo que ha obligado a reposicionar y añadir anclajes. Todo ello realizado a medida y ciñéndose al recorrido de los amortiguadores originales. Transmisiones y motor son de serie, por el momento no hace falta tocarlos. Lo que si se ha hecho es proteger adecuadamente todos los bajos del coche con planchas de aluminio de 8 mm de grosor y pasar la rueda de repuesto, con un anclaje específico, a la baca. »

El tema de la seguridad obsesionaba un poco al dueño del coche, y para que fuera más tranquilo se le ha instalado una completa jaula tubular en el interior, que evita deformaciones del habitáculo en caso de vuelco. Ésta copia fielmente todo el contorno interior del coche y para que en la medida de lo posible pasara más desapercibida va pintada en el mismo color que la carrocería. Un depósito extra, de 100 l de capacidad (hay que recordar que el 4.0 de gasolina gasta los suyo en campo) y cajas de aluminio para el transporte de intendencia y recambios completan la preparación. Elementos se han dispuesto de forma que se pueden retirar con relativa facilidad. Ese era otro de los encargos del dueño del vehículo, ya que buscaba poder modular la configuración interior del FJ dependiendo del calibre, y compañía, de la travesía. Por ejemplo en el caso de rutas más cortas, con familia, de un día, quita las cajas y en su lugar monta dos baquet´s. »

La verdad es que sobre esta versión de Toyota lo normal es que no se pueden tener muchas referencias, en nuestro caso, como ya hemos mencionado, tuvimos la oportunidad de probarlo hace unos meses y lo que hemos podido constatar en esta unidad es que sin perder un ápice del aplomo que circulando por carretera encontramos en la versión de serie, en la preparada por Plaza Competición el coche resultaba aún más eficaz. Nada sobrevirador –no hay que olvidar que es un tracción trasera pesado y potente-. Y aún se notaba más, como cabía esperar, al circular sobre pistas, y cuanto más avivabas el ritmo mejor. Sus más de 2 toneladas, 2,5 en orden de marcha, se ven muy agilizadas con el nuevo equipo de suspensiones. El FJ se aguantaba más, sin sufrir inclinaciones de carrocería, en apoyos extremos y hasta podías abordar rasantes sin temor al aterrizaje sabedores de que el coche lo aceptaría bien.

En nuestra prueba comprobamos que las «tomas de tierra» siempre eran suaves, con el coche equilibrado, sin rebotes y sin que se trasmitiera el batacazo al interior del habitáculo. Además podías atravesar roderas transversales circulando a gran velocidad si perder direcionabilidad y sin que hicieran tope los amortiguadores. Destacar también que en el habitáculo, más ancho y largo que el de un Land Cruiser 5 puertas, las barras de la jaula, sobre todo en la zona delantera, quedan tan integradas –estas atraviesan incluso el salpicadero- que no daban sensación de restarle espacio.

En resumen, con el excelente trabajo realizado en la parte ciclo se podía sacar aún más jugo a las prestaciones que proporciona el motor V6 de cuatro litros de este vehículo. Sus 242 CV son un prodigio entrega y par. Un trabajo conciso y bien hecho, que exteriormente pasa desapercibido, en un vehículo que solo está, por el momento, al alcance de unos pocos.

Toyota FJ Cruiser 4.0 V6 TMD
Ficha técnica

Un encargo que a priori parece fácil, pero que conlleva mucha más faena que cuando se deja rienda suelta al preparador para que haga en el coche lo que estime más oportuno. En cualquier caso, de encargos «raros» saben un rato en Plaza Competición (algunos han pasado ya por estas páginas). El especialista conquense nos contaba que preparaciones «curiosas» ha tenido que realizar unas cuantas en sus talleres.

Desde para ganar sólo apariencia, sin mejorara apenas la capacidad off road –por ejemplo en un Land Cruiser a base de levantar el coche a lo bestia montando ruedas monstruosas que sólo quitan prestaciones e instalarle snorkel y faros de «pega»- hasta, como es el caso del FJ de hoy, modificar el esquema de suspensiones en profundidad, pero sin que ello implique elevar la carrocería o que se aprecie desde fuera.

En cualquier caso defiende que los suyo a la hora de invertir dinero en un coche para que resulte más eficaz en el off road, es tener primero las cosas muy claras. Es decir, conocer tanto el cliente como el preparador las verdaderas necesidades off road que se tienen. Claro que le ha ocurrido en más de una ocasión encontrarse con clientes que para evitar líos con la «hucha» de la familia le han encargado que le mejore el coche sin que lo aprecie la estética.»

Cualquier TT se puede mejorar mucho a todos los niveles, pero si la base es buena, la preparación no sólo es más económica, también luce más. El FJ Cruiser es un modelo de Toyota que sólo se puede con-seguir en España a través de los denominados importadores paralelos, lo que es una pena puesto que, aparte de su línea original, es un excelente TT.

A grandes rasgos puede decirse que a Plaza Competición le ha ayudado mucho que este modelo es prácticamente unLand Cruiser largo, versión con motor V6 4.0 de gasolina (no hay diesel), pero con otra carrocería instalada sobre su chasis de largueros. Esto de alguna manera ha simplificado las cosas a la hora de trabajar en las suspensiones, puesto que los amortiguadores, y el resto de componentes que han instala-do, ya han sido de sobra experimentados en otras preparaciones efectuadas sobre Land Cruiser. Eso si, no es llegar y montar, se ha tenido que probar mucho antes de encargar los componentes definitivos, ya que el tarado de los hidráulicos y la carga de los muelles del FJ son muy diferente, motivado por el distinto reparto de pesos entre uno y otro modelo.

La versión que probamos en estás páginas se diferencia con la de serie (que también gracias a Plaza Competición pudimos probar la primavera pasada en Autoverde 4x4), en que contaba con caja de cambios manual de 6 marchas, llantas de chapa y ausencia del bloqueo de puente trasero (si del diferencial central) y el inclinó-metro en una consola de relojes extra sobre el salpicadero.»

Puedes preparar mucho un motor, reforzar los puentes, montar todo tipo de bloqueos, poner cabrestante y muchas más cosas pero lo que de verdad se nota cuando uno lo que quiere es ir a buen ritmo por pistas es instalar un equipo de suspensiones de calidad. En el caso de este FJ se han decantado por componentes de la marca sueca Öhlins. Todo, salvo los muelles del tren trasero, unos Eibach, trae su firma. Plaza ha colocado dos elementos por rueda, lo que ha obligado a reposicionar y añadir anclajes. Todo ello realizado a medida y ciñéndose al recorrido de los amortiguadores originales. Transmisiones y motor son de serie, por el momento no hace falta tocarlos. Lo que si se ha hecho es proteger adecuadamente todos los bajos del coche con planchas de aluminio de 8 mm de grosor y pasar la rueda de repuesto, con un anclaje específico, a la baca. »

El tema de la seguridad obsesionaba un poco al dueño del coche, y para que fuera más tranquilo se le ha instalado una completa jaula tubular en el interior, que evita deformaciones del habitáculo en caso de vuelco. Ésta copia fielmente todo el contorno interior del coche y para que en la medida de lo posible pasara más desapercibida va pintada en el mismo color que la carrocería. Un depósito extra, de 100 l de capacidad (hay que recordar que el 4.0 de gasolina gasta los suyo en campo) y cajas de aluminio para el transporte de intendencia y recambios completan la preparación. Elementos se han dispuesto de forma que se pueden retirar con relativa facilidad. Ese era otro de los encargos del dueño del vehículo, ya que buscaba poder modular la configuración interior del FJ dependiendo del calibre, y compañía, de la travesía. Por ejemplo en el caso de rutas más cortas, con familia, de un día, quita las cajas y en su lugar monta dos baquet´s. »

La verdad es que sobre esta versión de Toyota lo normal es que no se pueden tener muchas referencias, en nuestro caso, como ya hemos mencionado, tuvimos la oportunidad de probarlo hace unos meses y lo que hemos podido constatar en esta unidad es que sin perder un ápice del aplomo que circulando por carretera encontramos en la versión de serie, en la preparada por Plaza Competición el coche resultaba aún más eficaz. Nada sobrevirador –no hay que olvidar que es un tracción trasera pesado y potente-. Y aún se notaba más, como cabía esperar, al circular sobre pistas, y cuanto más avivabas el ritmo mejor. Sus más de 2 toneladas, 2,5 en orden de marcha, se ven muy agilizadas con el nuevo equipo de suspensiones. El FJ se aguantaba más, sin sufrir inclinaciones de carrocería, en apoyos extremos y hasta podías abordar rasantes sin temor al aterrizaje sabedores de que el coche lo aceptaría bien.

En nuestra prueba comprobamos que las «tomas de tierra» siempre eran suaves, con el coche equilibrado, sin rebotes y sin que se trasmitiera el batacazo al interior del habitáculo. Además podías atravesar roderas transversales circulando a gran velocidad si perder direcionabilidad y sin que hicieran tope los amortiguadores. Destacar también que en el habitáculo, más ancho y largo que el de un Land Cruiser 5 puertas, las barras de la jaula, sobre todo en la zona delantera, quedan tan integradas –estas atraviesan incluso el salpicadero- que no daban sensación de restarle espacio.

En resumen, con el excelente trabajo realizado en la parte ciclo se podía sacar aún más jugo a las prestaciones que proporciona el motor V6 de cuatro litros de este vehículo. Sus 242 CV son un prodigio entrega y par. Un trabajo conciso y bien hecho, que exteriormente pasa desapercibido, en un vehículo que solo está, por el momento, al alcance de unos pocos.

Toyota FJ Cruiser 4.0 V6 TMD
Ficha técnica